Pintor ceramista sevillano nacido el 25 de marzo de 1929. Nació y se crió en Triana, concretamente en la calle Rodrigo de Triana número 3, allí se casó y continuó viviendo hasta 1969. Estudió Artes y Oficios en la escuela de la calle Zaragoza, donde recibió clases de dibujo de D. Eduardo Acosta, que casualmente también fuera profesor años más tarde de su hijo Antonio en el Instituto San Isidoro. No tenemos datos ciertos sobre si llegó a licenciarse en Bellas Artes, ya que refería que le expulsaron de la Facultad de Santa Isabel de Hungría porque tuvo una trifulca con un profesor al que llegó a subir en un banco de madera para que viera un dibujo desde su misma perspectiva, pues el profesor era muy bajito y no paraba de corregirle.
Después de cumplir el servicio militar, estuvo dos años viajando por España como representante de comercio de una fábrica de aceitunas. Al término de esta actividad, hacia 1950, toma su primer contacto con la cerámica. Según recuerdos de su esposa, refiere que empezó yendo a las calles Antillano Campos y Alfarería donde, según nos contó en su día el ceramista y compañero suyo Pedro Lobo de la Vallina, tuvo algún tipo de relación con el taller de Cerámica El Carmen. Sin embargo, nuestro protagonista siempre decía que sus verdaderos comienzos fueron en la fábrica de Mensaque Rodríguez y Cía., cuyas instalaciones estaban al final de la calle Evangelista. Hacia 1957 entró en la plantilla de la fábrica de Ramos Rejano, donde permaneció hasta el cierre de la firma, firmando algunas obras en solitario o con Pedro Lobo de la Vallina. En esa época, aparte de dirigir el taller Alfonso Chaves Tejada, tuvo como compañeros más cercanos al antes citado Pedro Lobo, a José Colchero, a Rafael Baena (hijo de Manuel Baena), a Enrique Mármol Villodres (hijo de Enrique Mármol Rodrigo) y a José Gutiérrez, quien además fue su compadre, pues apadrinó a uno de los hijos de Antonio Carrera.
Tras el cierre de la fábrica Ramos Rejano en 1965, trabajó en la realización de murales cinematográficos de gran formato, que se ponían en esa época en las fachadas de los cines. Al mismo tiempo decoraba artículos de marroquinería de un taller que había en la barriada de Pío XII. Ya en 1969 entró a trabajar para el Ayuntamiento en el Servicio de Aguas y Saneamiento (actualmente Emasesa) como administrativo, hasta su prematuro fallecimiento por enfermedad. También a comienzos de los setenta trabajó durante unos años por las tardes en la firma Arteferro decorando muebles. No tenemos constancia que se dedicara más a la cerámica, aunque sí tuvo alguna dedicación a diversos trabajos artísticos
Respecto a trabajos suyos de cerámica, firmados por él, sabemos de algunos, pero son obras de estilo más moderno y comercial, como por ejemplo un mural en la Freiduría Sevillana de la calle San Jacinto. También en el Bar Restaurante Juliá, lo que siempre se ha conocido como el Puesto Los Monos, realizó un espléndido mural con un conjunto musical protagonizado por chimpancés, lástima que desapareciera en una remodelación del local. También se tiene constancia de haber realizado un mural sobre tema egipcio en la calle Niebla, así como de un zócalo de tema taurino en una casa de la calle Cabo Noval derribada alrededor del año 2000, que estaba junto a la sede del Banco de España en Sevilla.
Respecto a la decoración del arco de entrada del Cortijo del Alamillo (Sevilla), donde se conserva uno de sus mejores trabajos, sobre la Romería del Rocío, tenemos que relatar una coincidencia que ha llamado la atención de sus descendientes, porque en la escena en la que se ven las carretas en su paso por la Raya, una nieta suya -con aptitudes artísticas y estudiante de Bellas Artes- pintó en 2012 un óleo prácticamente con la misma estructura, desconociendo esta obra de su abuelo.
Su hijo, Antonio Carrera Núñez, que nos ofrece generosamente estos datos biográficos, desea a su hija que tenga más suerte que su abuelo, pues con el recuerdo de su padre como extraordinario artista, no deja de reconocer que tenía un carácter muy bohemio, que de los muchos cuadros que pintó, la familia no conserva ni la cuarta parte, porque siempre decía que prefería regalar sus obras antes que malvenderlas o que no se las valoraran.
Fue muchos años hermano de la Estrella, advocación mariana trianera a la que tenía gran devoción. Falleció en Sevilla, el 26 de junio de 1989, a los sesenta años de edad.
Fuente: Datos y fotografías facilitados por su hijo, Antonio Carrera Núñez, a Martín Carlos Palomo García. Noviembre 2013