Nació en Sevilla, el 1 de Diciembre de 1900. Con quince años viaja a Madrid para estudiar Bellas Artes en la Academia de San Fernando. En 1920 queda huérfano y en 1921 es trasladado forzosamente a Marruecos para defender los intereses nacionales tras el desastre de Annual y pacificación del protectorado. Este destino será decisivo en su vida y años más tarde volvería a aquellas tierras. Cumplido el servicio militar regresa a Madrid para trabajar en la fábrica de cerámica que regentaba su tío Alfonso Romero, y cuya obra más importante sería el alicatado y decoración de la Plaza de Toros de las Ventas (1929). Durante la Guerra Civil, su filiación política al bando republicano le obliga a marchar a Barcelona tras tomar Madrid los nacionales, y después a Sevilla. Tras la guerra vuelve a Madrid, pero la precariedad de la situación socio‑económica le hace regresar de nuevo a Sevilla. Es entonces cuando el pintor ceramista D. José Recio lo recomienda a Pedro Navia, donde permanece unos diez años, ejecutando todo tipo de obras, para la cofradías (Soledad y Calvario) y particulares (escenas del Quijote). También dibujó carteleras cinematográficas. En 1950 vuelve a Tetuán con idea de fundar en colaboración con Mensaque una sociedad que se llamaría EDESA, dedicada a la pintura y el diseño, pero el proyecto fracasa. Entonces se traslada a Tánger y se dedica de 1950 a 1957 al arte y decoración, y desde 1957 hasta su jubilación en 1973 a impartir clases de dibujo a bachilleres superiores y estudiantes de comercio en el Instituto Politécnico Español. En 1973 regresa a Madrid, donde residió hasta su fallecimiento, acaecido el 13 de Diciembre de 1986. Fuente: Palomero Páramo, Jesús. “Sevilla, ciudad de retablos”. Sevilla, 1987, pp.65-66. Entrevista realizada por Martín Carlos Palomo García a los hermanos del ceramista en 1989, en su domicilio del Patio de Banderas en Sevilla.
