Nació en Sevilla el 4 de Abril de 1892, falleciendo en la misma ciudad el 25 de Abril de 1.939. Aristócrata ‑Marqués de Benamejí y de las Cuevas‑ con vocación por la cerámica, fundó y dirigió el taller de barros vidriados La Bética. Podemos estudiar a fondo su personalidad consultando el libro Las Bellas Artes en Sevilla, de Cascales (1929).
Recibió clases particulares de dibujo de José Rico Cejudo, de José Lafita para escultura y de la pintura de azulejos en la Fábrica del Hijo de J. Mensaque, que dirigía D. José Recio del Rivero. También acudió a la Universidad de Sevilla, donde el catedrático D. Francisco Murillo Herrera ‑fundador del Laboratorio de Arte‑ impartía clases de Teoría e Historia de las Artes. En su periodo en Hijo de J. Mensaque realizó trabajos para la Exposición Iberoamericana, como los zócalos de la Sala de Santiago del Pabellón Real. Particularmente, pintó la escalera y el salón de la confitería del Teatro Cervantes de Buenos Aires. Su único retablo para las cofradías es el de la Hermandad de la Amargura en la fachada de San Juan de la Palma (1918). Tiene lógica que se relacionara con esta Hermandad porque su familia era vecina de la collación de San Juan de la Palma, teniendo entre otras, la casa de los artistas, que habitaron hasta mediados del siglo XIX. Fue nombrado Consiliario Honorario y su esposa Camarera, y después, Teniente de Hermano Mayor hasta 1929.
Su padre, el Marqués de Torrenueva, era director de la Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría. En 1924, al morir el pintor Virgilio Mattoni, fue nombrado académico numerario de la misma.
Un nieto suyo, D. Luís Halcón de la Lastra, es un destacado miembro de la aristocracia sevillana de la segunda mitad del siglo XX, que ha ocupado cargos relevantes al frente de Real Maestranza de Caballería de Sevilla.
Fuente: Recopilado por Martín Carlos Palomo García, ceramófilo. Sevilla, 2007.