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Es una casa del siglo XV, algún tiempo fue Botica y actualmente pertenece al Ayuntamiento de Zafra, que la restauró para centro de interpretación del conjunto histórico de Zafra. La inmensa mayoría de las portadas civiles que quedan en las ciudades y pueblos andaluces datan del Renacimiento en adelante. Son rarísimos los testimonios anteriores, cómo este que reseñamos. En Sevilla solo queda completa la del Palacio de los Marqueses de la Algaba si exceptuamos la del Palacio del Rey don Pedro en el Real Alcázar que no es visible desde el espacio público de la calle. Algunos pueblos de las sierras de Sevilla y Huelva pero sobre todo los de la Baja Extremadura (Zafra y Llerena entre ellos) tienen la fortuna de haber conservado algunos de estos rarísimos ejemplares. Esta casa es, sin duda, el ejemplo más completo y mejor conservado, además de haber sido respetuosamente restaurado. Es peculiar en estas portadas un acceso adintelado, rodeado por un alfiz (moldura que enmarca el hueco en su parte alta) y, sobre éste, una ventana geminada, formada por un mainel central (columnilla de mármol en el eje) en la que se apoyan dos arcos angrelados (con perfil de línea muy quebrada) hechos de fino ladrillo rojo aplantillado. Esta zona superior suele estar completada en sus partes planas con cerámica que, en las obras más costeadas es de mosaico o alicatado de tradición granadina y en ejemplos algo más modestos o tardíos como éste, está resuelto con azulejos de arista. En esta obra, los evidentes rasgos mudéjares propios del siglo XV, heredados del arte nazarí granadino, y el empleo de alizares verdes y azulejos de arista sevillanos en los que se combinan motivos textiles de tradición gótica junto a otros claramente renacentistas, datarían esta valiosa obra en el primer tercio del siglo XVI. La conservación en este excepcional caso no sólo de la portada sino también de los morteros esgrafiados que la flanquean y la sencilla composición general de toda la fachada, modificada con la apertura de nuevos huecos y nuevos enlucidos probablemente en el siglo XVII (además de la apertura de la discreta puerta de garaje) hacen de este conjunto todo un testimonio histórico del aspecto exterior que debieron ofrecer al viandante las casas andaluzas de finales de la Edad Media e inicios de la Moderna”. (Alfonso Pleguezuelo Hernández)