Alfonso Pleguezuelo Hernández. Cerámicas de Triana. Colección Carranza. Fundación «El Monte» Sevilla 1996.
Más datos
Durante el siglo XVIII, junto a las decoraciones azules, aumentan las cerámicas decoradas con varios colores. En las piezas polícromas sin ala diferenciada se detecta una gran variedad de matices en la ejecución, fruto del gran número de talleres que las realizaban y de las dilatada vida en el tiempo que debió tener esta serie. En el plato del caballo se ha empleado una muñequilla de trapo para pintar la copa de los árboles, técnica que fue muy frecuente durante el XVIII y primera mitad del siglo XIX en Triana. Es notable como característica peculiar de las piezas de esta serie el uso extendido del ocre y el empleo de un tono de azul grisáceo así como de las composiciones simétricas en la decoración dejando la figura central entre dos motivos vegetales y situándola entre una línea de horizonte y otra de celaje muy similares entre sí.
