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Este conjunto de pequeños azulejos es muy interesante y poco habitual. Están colocados en torno a una hornacina que acoge una pequeña pintura con la imagen de la Inmaculada Concepción de la Virgen María. Las piezas existentes pertenecen a dos o tres momentos diferentes, seguramente debido a desprendimientos y sustituciones, pudiéndose fechar el conjunto entre los siglos XIX y XX.
Todas ellas son un homenaje a la Virgen María, lo cual va en consonancia con la imagen que preside la hornacina. De esta forma, se representan curiosas alegorías marianas y los clásicos emblemas de las letanías lauretanas (sol, luna, ciprés, palmera, torre, espejo, etc.). Manuel Pablo Rodríguez Rodríguez.