Más datos

El retablo, de una gran calidad, aparece firmado y fechado por Antonio Kiernam e incluye una dedicatoria a su amigo, dueño de la obra, Isidoro Giménez Roldán. Al desmontar el retablo, el marco no pudo conservarse pero en la actualidad lo tiene, reproducido fielmente por la misma fábrica que realizó el azulejo, Cerámica Santa Ana, ya que conservaban los dibujos originales del mismo.
Se aprecia la colaboración del pintor de la fábrica Facundo Peláez Jaén.

Leyenda que contiene la obra

Ver más datos