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Estos catálogos, verdaderas obras de arte en sí mismos, junto con los anuncios en prensa y revistas de la época, fueron la forma de publicitar la producción cerámica a lo largo del siglo XX. Como podemos observar, el abanico de sus productos abarcaba desde los zócalos, pavimentos y revestimientos de interiores y fachadas hasta los retablos cerámicos, pasando por los bancos, fuentes, remates y cerámica de formas en general.

En esta ocasión estamos ante un catálogo de la fábrica Casa González, sobre el que se ha pegado el nombre de José María Fernández, el cual suponemos que sería un almacenista.