Estos catálogos, verdaderas obras de arte en sí mismos, junto con los anuncios en prensa y revistas de la época, fueron la forma de publicitar la producción cerámica a lo largo del siglo XX. Como podemos observar, el abanico de sus productos abarcaba desde los zócalos, pavimentos y revestimientos de interiores y fachadas hasta los retablos cerámicos, pasando por los bancos, fuentes, remates y cerámica de formas en general.