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Una faceta importante del trabajo de Emilio García Ortiz fue la decoración de farmacias, algunas de las cuales fueron reformadas por Álvaro Satué, que llegó a realizar setenta reformas de Oficinas de Farmacia entre las décadas de 1960 y 1990, en cuyos proyectos generalmente incluía la utilización de cerámica de diversos autores. En el mural que remata esta fachada combinó a la perfección los símbolos químicos con el material de laboratorio farmacéutico, así como los tiradores de las puertas (Martín Carlos Palomo García)