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El azulejo, de una sola placa, se ubicaba originalmente en la puerta de acceso al patio de la torre de la hacienda, siendo trasladado a su lugar actual tras la rehabilitación del edificio. Nos muestra la figura del santo pontífice sedente y debajo una inscripción: "Del Monesterio de S Clemeinte", lo cual nos informa de que este cortijo perteneció a la congregación de monjas cistercienses del Monasterio de San Clemente de Sevilla, situado junto a la Barqueta.
El azulejo está considerado por el profesor Alfonso Pleguezuelo como del obrador de Augusta y lo sitúa en la época en la que se pintaron los zócalos de la iglesia de dicho monasterio sevillano. Se conocen al menos tres piezas más como esta: una conservada en el Instituto Valencia de Don Juan, otra en el propio Monasterio y la tercera en una colección particular.