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La imagen de María Auxiliadora (María auxilium christianorum, reza la leyenda) con su hijo en brazos está representada de acuerdo a la iconografía soñada por San Juan Bosco, portando en la mano un cetro, rodeada de palomas, coronada con diadema de estrellas, junto a un sol ardiente y acompañada de un grupo humano (un padre que acompaña a su hijo al Colegio, donde es recibido por un hermano salesiano).
Emilio utiliza colores fríos, casi a pastel, casi sin vidriar, y nos muestran una composición en la que predominan los tonos celestes, rosáceos y blancos, destacándose sobre el fondo de barro desnudo que el tiempo se está encargando de cubrir de colores (verdinas, óxidos y suciedades). Al conjunto le falta una de las doce estrellas y un par de piezas de la parte baja que, posiblemente, contenía el nombre de María. (Jesús Marín García)