Bibliografía

Rodríguez Rodríguez, M. P. (2016). Las placas cerámicas de Olavide en Sevilla. Un modelo de organización urbana en el siglo XVIII. Sevilla: retabloceramico.org. (VER)

Más datos

Esta placa desapareció en 2018 coincidiendo con obras de reparación de la fachada, en la que aún se puede distinguir el sitio que ocupaba. En la galería mostramos fotografías de la placa y del antes y después de la fachada. Hasta hace no mucho tiempo existía otra igual en la esquina de esta calle en el Convento de San Leandro, por lo que había tres, una en cada extremo y otra en el centro.

Una de las grandes novedades que aportó el reinado de Carlos III en España fue la mejora en la organización administrativa de las ciudades del reino. A mediados del siglo XVIII las ciudades españolas carecían de una ordenación lo suficientemente clara como para que algunas operaciones necesarias fueran hechas con eficacia: las entregas de mensajes de correos, la elaboración de padrones municipales, el cobro de los impuestos o simplemente el conocimiento del domicilio real de los ciudadanos.

La elaboración del Catastro del marqués de la Ensenada entre 1750 y 1754 durante el reinado de Fernando VI fue una primera operación realizada con el fin de organizar mejor el pago de los impuestos. Más tarde, Madrid como capital del reino, fue la primera ciudad que fue dividida en sectores llamados entonces cuarteles, barrios y manzanas. En esta misma operación fueron denominadas las calles de manera oficial y numeradas sus casas. Ello fue realizado ejecutando una Real Cédula de Carlos III de 6 de octubre de 1768, año en que fueron encargados azulejos para colocar en los extremos de las calles y sobre las puertas de las casas. Esa misma operación fue ejecutada en Sevilla cuando don Pablo de Olavide y Jáuregui (1725-1803) era Asistente de la ciudad y se hizo en 1771 poniendo en ejecución una Real Cédula publicada el 13 de agosto de 1769. Esta es la razón por la que se conocen popularmente como «azulejos de Olavide». Este mismo Asistente, representante del poder real, encargó elaborar el primer plano que se conoce de la ciudad, dibujado por el cartógrafo portugués F. Manuel Coelho y grabado por Joseh Amat, en cuatro grandes planchas. También fueron numeradas las casas, de forma consecutiva. Las cifras generales fueron: 5 cuarteles, 40 barrios, 320 manzanas. Los cuarteles se distinguieron con letras y a los barrios y las manzanas le fueron asignados números. Fue aquella, la primera ordenación civil de la ciudad, hecha ya con criterios modernos, propios de un gobierno inspirado en los principios racionalistas de la ilustración.

Es preciso considerar que después de la primera serie de azulejos hacia 1770, que supuso una operación global que abarcó la ciudad completa, hubo necesidad de hacer nuevos azulejos para reponer los que se destruían por desprendimiento, demoliciones o modificaciones en el número de inmuebles de una misma calle o por el mismo crecimiento de la ciudad. Estos azulejos, posteriores a la serie original, se identifican a veces con facilidad porque no tienen las mismas dimensiones de la serie primitiva o porque varían en la forma de indicar la información, en el color de los pigmentos o en el diseño de los caracteres alfanuméricos. También pueden ser confundidos los ejemplares sevillanos con los de otras ciudades, ya que esta misma operación ordenadora se fue llevando a cabo paulatinamente en localidades del antiguo reino de Sevilla y de otras zonas del país. (Alfonso Pleguezuelo Hernández)

Conjunto

Patrimonio oculto o perdido
Sevilla. Casa de Pilatos
Sevilla. Placas de Olavide