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El retablo llegó a esta Institución en los años treinta de la pasada centuria por mediación de la hermana Sor Salud Jiménez, natural de El Viso del Alcor, quién lo pidió en la fábrica de Ramos Rejano al verlo en la exposición. Su objetivo era que presidiera el patio del Colegio, para que las niñas pudieran rezar y cantar a la Santísima Virgen. Para ello se colocó en uno de sus muros, el que daba a la calle Padre Méndez Casariego, fundador de esta Institución. Allí estuvo hasta la primavera de 1997, en que fue derribado el muro durante unas obras de remodelación del edificio y el patio, construyéndose nueva cerca y verja. El 4 de abril de 1998 visité junto con Antonio Vigil Escalera y Tomé y Fernando Vigil-Escalera Pacheco, hijo y nieto respectivamente del ceramista autor de la obra, a la entonces Hermana Superiora Sor Paz, pues ambos se habían brindado a costear el traslado y restaurar el retablo, siendo llevado al estudio de éste último, doctor en Bellas Artes y restaurador de cerámica. Una vez restaurado, fue repuesto, en el pasillo de acceso al patio el 30 de diciembre de 1998. Martín Carlos Palomo García.