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Todas estas pinturas se perdieron con el paso de los años y en 1965, cuando se procede a restaurar el monumento, se coloca un nuevo retrato de Catalina de Ribera, esta vez realizado con azulejos pintados por José Arévalo Luna en la Fábrica Montalván, y nuevas pinturas en los laterales ejecutadas por Francisco Maireles, que también repintó los motivos superiores. (Cultura de Sevilla)