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Este azulejo fue encargado por el médico Manuel Espejo Urraco, que vivía en la calle Reyes Católicos (Sevilla). Era tertuliano habitual de la que se celebraba en la Farmacia Murillo, sita en la plaza del Altozano del barrio de Triana, que conserva bellos zócalos salidos de la fábrica de Montalván pintados por Manuel Vigil-Escalera. Tenía este médico un hijo con problemas pulmonares, y consideró que era conveniente para su curación el clima de Chipiona (Cádiz). Encargó la construcción de una casa hacia 1900, hoy derribada, y la nombró como "San Antonio", en cuyo patio interior colocó este azulejo de San Antonio, hoy propiedad de sus descendientes. (Francisco González de Canales y López-Obrero)
Nota curiosa: El propio Montalván firma con "b" en vez de con "v".