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Se trata de una recreación de una pintura de Murillo que se ha envuelto en una airosa cenefa de motivos vegetales entre los que se intercalan cabezas de angelotes. La pieza nº 30 (numeramos de izquierda a derecha y de arriba a abajo) está mal colocada.
El retablo parece proceder de una antigua casa de la calle Santiago de Llerena, perteneciente a un familiar del Santo Oficio de la Inquisición de esta ciudad, como lo refleja el escudo del tribunal que aparece en la parte superior del retablo. Esta casa está datada en el siglo XVII, lo que podría datar el retablo a finales de esta centuria o a principios del XVIII.
Este retablo inmaculista se traslada, desde su ubicación primigenia a la entrada de la fábrica de INEXA, hoy Hotel Rural La Fábrica, después de ser adquirida por el anterior propietario Pablo Jiménez, amante de las antigüedades.