Los seguros de incendios en España comenzaron en Madrid en el año 1822. El motivo fue por la facilidad que tenían los edificios para incendiarse, ya que en aquella época casi todos tenían la estructura de madera y en el interior de las viviendas, tenían los propietarios material inflamable, como candiles, chimeneas, cocinas de carbón, etc. En el año indicado se funda la Sociedad de Seguros Mutuos de Incendios de Casas de Madrid, por D. Manuel María de Goyri. Los socios eran al mismo tiempo asegurados y aseguradores, debiendo colocar en la fachada de la casa asegurada una placa en la que se pudiera leer con facilidad, ASEGURADA DE INCENCIOS, pues en uno de sus artículos así lo indicaba.
Más tarde en el año 1834, en Sevilla se crea otra sociedad con los mismos fines, la Compañía de Seguros Mutuos Contra Incendios de las Casas de Sevilla, y en uno de sus artículos también obligaba al asegurado a poner en sitio visible la placa cerámica que indicara ASEGURADA DE INCENDIOS e incluso que se pudiera especificar en la misma, el número que correspondiera a la casa. Y esta es la razón por la que todavía, estando ya en el siglo XXI, podemos encontrarnos en algunos edificios antiguos los mencionados azulejos con dicho rótulo.