Bibliografía

VV.AA. (2014). Catalogo de la exposición O brilho das Cidades. A rotas do azulejo. Fundación Calouste Gulbenkian. Lisboa.
Gestoso Pérez, José. (1903). Historia de los barros vidriados sevillanos.
Santos Simões, Joao Miguel. (1979). Azulejería em Portugal nos séculos XV e XVI. Lisboa.
Barata, Antonio Francisco. (1903). Catalogo del Museu Arqueológico da cidade de Évora.
Pleguezuelo Hernández, Alfonso. (1992). Francisco Niculoso Pisano, datos arqueológicos. Faenza. (VER)
Pleguezuelo Hernández, Alfonso. (2018). Niculoso Pisano y Portugal. Nuevos datos y algunas hipótesis. Sevilla. (VER)

Más datos

Este pequeño retablo se conserva en el Museo Regional de Évora. Recientemente ha sido colocado en un lugar preferente, tras su paso por la exposición «O Brilho das Cidades» celebrada en Lisboa en 2014, en el Museo Calouste Gulbenkian.
El pequeño retablo procede del Convento de San Benito de Castris, Évora, y es la única obra del Taller de Niculoso que se ha localizado en Portugal. Está atribuida a uno de los hijos de Francisco Niculoso, concretamente a Juan Bautista Niculoso, de quien se conoce una obra, San Mateo con su firma (colección particular) y otras que le pueden ser atribuidas. Hablamos de San Juan Evangelista y San Matías que se encuentran en la entrada a la Capilla de Santa Ana de la Cartuja de Sevilla (1529). Otro azulejo atribuible a Juan Bautista es el que se encuentra depositado en el Instituto Valencia de don Juan (Madrid) representando un Descendimiento.
El retablo que nos ocupa fue desmontado de su espacio original, el Convento de San Benito de Castris, para ser expuesto en la exposición realizada en Lisboa en 1882. A partir de 1903 forma parte de las colecciones del Museo de Évora.
La escena principal es la Anunciación de María que aparece sobre un fondo abierto bajo un arco muy profundo que se acentúa por el pavimento de losetas cuadradas, tipo puntas de clavo. El primer plano está compuesto por dos columnas verdes, imitación del jaspe, en cuyos capiteles de máscaras se apoya un gran arco que arropa la escena principal.
Da la sensación de que pudieran haberse pintado más elementos, ya que se aprecia el inicio de otros dos arcos que se cortan dejando entrever un escenario mayor. Este detalle de los arcos cortados ha hecho pensar que bien podría tratarse de una escena de un retablo de mayores proporciones y con otras escenas de la vida de la Virgen (versus Tentudía). Un friso remata la escena con una cartela donde se lee AVE MARÍA.
La escena de la Anunciación presenta a la Virgen arrodillada sobre un reclinatorio, con un libro de lectura, bajo un dosel con elegante cortinaje, cubierta con manto azul y berenjena. Enfrente, el arcángel Gabriel, también arrodillado, con túnica clara, saluda con el AVE (María) GRATIA (plena) escrito en una filacteria que enarbola en sus manos.
Tanto las dimensiones de los azulejos que componen la obra cerámica, como las señales de los atifles utilizados en la cocción, así como la gama de colores usados por el pintor (verde, rojo, amarillo y ocre) son idénticas a los que usaba habitualmente su padre. Sin embargo, el diseño es de menor calidad. (Jesús Marín García).