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Al tratarse de un establecimiento frente al mar, se suceden fauna y elementos relacionados: peces (como rodaballos), conchas, estrellas y caballitos de mar en un entramado de motivos de ondas. Al disponerse de modo envolvente y por su tonalidad, podría recrear la sensación de estar en un acuario. El establecimiento ha ido cambiando de usos, siendo primero cafetería, luego chiringuito y posteriormente restaurante, que ha adoptado logo e identidad a partir de la obra. Consta de tres paneles: norte, este y oeste, estando el primero de ellos semioculto actualmente tras la barra. Que tengamos constancia, es una de las obras excepcionales del autor (ganador del Premio Nacional de Diseño) en Andalucía. (Santiago Prado García)

La composición es figurativa, con elementos marinos realzados con churros, sellos, estampillados y pastillaje de figuras y líneas que definen las olas y los animales. El color del vidriado, en azul, no tiene variaciones tonales significativas. Es de destacar la alternancia de placas con tamaño y formas similares, junto a otras zonas en las que el autor opta por piezas irregulares a modo de mosaicos (grandes peces). (Jesús Marín García)