Alfar trianero (sin ubicación exacta conocida hasta el momento) establecida a finales de la segunda década del siglo XX (hacia 1918) por el aristócrata ceramista D. Manuel de la Lastra y Liendo, Marqués de Benamejí, que aportó el capital, y otro ceramista, Manuel García Bermúdez (1875-1924), experto conocedor de los secretos colores de la cerámica en aquella época. Colaboraron con ellos dos de los hijos del segundo, Antonio y Diego García Vaquero. Desde su nacimiento este taller se conoció como la “Fábrica de los reflejos metálicos”. Tuvo una vida efímera, pues a los tres años de constituida la empresa, se retiró el marqués quedando en poder de los García, y como al poco tiempo, 1924, fallecieran Manuel García Bermúdez y su hijo Antonio, Diego quedó solo al frente de la fábrica, y en ella continuó hasta cerrarla por carecer de capital para sostenerla.
Fuente: Recopilado por Martín Carlos Palomo García a partir de los datos aportados por José Cascales Muñoz en su obra “Las Bellas Artes Plásticas en Sevilla”. Toledo, 1929, pp.159-160.