Los datos publicados hasta ahora sobre la firma Laffitte en relación a la cerámica trianera eran de tipo parcial y con grandes lagunas. A raiz de publicarse en el año 2010 en la Republica Argentina la obra en dos tomos “El Rosedal de Buenos Aires” y “El Patio-Glorieta Andaluz de Buenos Aires” por la Fundación YPF, sus autoras* muestran en sus páginas una documentación muchos más exacta de la Fábrica Nuestra Señora de los Remedios, de Julio Laffite Castro, y de su continuadora, la de Nuestra Señora del Rocío, de José Laffite Romero.. En el año 2011 una de estas autoras, Sonsoles Nieto Caldeiro, profesora de la Escuela de Artes y Oficios de Sevilla, publicó una monografía sobre la familia Laffitte como industriales de la cerámica, en la Revista Laboratorio de Arte, editada por la Universidad de Sevilla. Un síntesis de dichos trabajos es la que se expone a continuación.
Esta industria alfarera fue establecida en el sevillano barrio de Triana, en la calle Manuel Carriedo, 77 (así se denominó la calle San Jacinto entre 1911 y 1931) por José Laffitte Romero, hijo de Julio Laffitte Castro.
“José Laffite y Romero (Sevilla, 1888-1947) fue ingeniero industrial, aficionado a las artes, buen dibujante y socio de la sección de Bellas Artes del Ateneo sevillano, en cuyas exposiciones participó con diferentes tipos de piezas, heredando las dotes de empresario de su padre”.
Puede establecerse como fecha de inicio de la actividad de esta fábrica el año 1923, siendo más un traslado de la actividad en el campo de la cerámica artística de su antecesor con la Fábrica de Los Remedios a un lugar más próximo al corazón de la Triana alfarera, que en esos años previos a la Exposición Iberoamericana de 1929 vivía una actividad frenética por la construcción de multitud de edificios y pabellones que cambiaron la fisonomía de la ciudad de Sevilla.
En este periodo que va desde 1923 y hasta su extinción a principios de la década de 1930, la actividad principal de la fábrica de Laffite, Nuestra Señora del Rocío, se centraría en la producción de cerámica artística para la Exposición y algunos retablos devocionales, de los cuales el máximo exponente sería el retablo del Santísimo Cristo del Amor en la fachada a calle Villegas de la iglesia del Divino Salvador, bendecido en 1930 y del que fueron coautores los pintores ceramistas Enrique Mármol Rodrigo y Manuel Cañas Martínez. Otros pintores de ésta época que también trabajaron para Laffite fueron Gustavo Bacarisas y Podestá, Alfonso Grosso Sánchez, José Martínez del Cid, Fidel Villarroel y Manuel Corrales, algunos de ellos consagrados después como prestigiosos artistas y docentes. Con este plantel de artistas y su acertada dirección, la actividad y reconocimiento de José Laffitte fueron en aumento.
“Cada año presentaba obras en las exposiciones celebradas en Sevilla, promovidas por el Ateneo. En 1923 la fábrica presentó en la Exposición Nacional de Arquitectura y de Arte Industrial Sevillano reproducciones de cuadros antiguos y contemporáneos “algunos con las prestigiosas firmas de Bacarisas y Grosso; zócalos de reflejo metálico, ánforas, jarrones, panneaux y todo cuanto es gala y orgullo de la cerámica trianera”[i]. También participó en exposiciones efectuadas fuera del territorio español como la ya mencionada de Artes Industriales Artísticas Españolas en Buenos Aires de 1926, a la que acudieron además de Laffitte, Mensaque, Montalván y Ramos Rejano”.
Los paneles de azulejos devocionales se colocaron también como retablos callejeros, “pero sobre todo resaltó la producción destinada a la Plaza de España del Certamen Iberoamericano. Corresponden a Laffitte los revestimientos cerámicos de los bancos de las provincias de Albacete, Ciudad Real, Madrid, Tarragona y Vizcaya. Para ellos trabajó especialmente el pintor Enrique Mármol, que firmó además otros paneles de azulejos salidos de de la fábrica y también el talaverano Ángel Villarroel, a quien correspondió el frente del banco de Albacete, que recuerda el acontecimiento histórico de La Batalla de Almansa”.
Otra obra muy importante salida de la Fábrica de José Laffite Romero fue el Patio-Glorieta Andaluz de los Jardines de Palermo, en Buenos Aires, República Argentina, un espacio ajardinado decorado con azulejería en el más puro estilo regionalista andaluz, ya que el proyecto correspondió al arquitecto sevillano Juan Talavera Heredia que se ejecutó en los años veinte de la pasada centuria, inaugurándose el 13 de octubre de 1929. El proyecto fue promovido por el Círculo Andaluz de Buenos Aires con la colaboración del Ayuntamiento de Sevilla. En aquella época se construyeron en Argentina muchos jardines o patios-jardines de estilo español, dentro del movimiento de restauración nacionalista con su expresión arquitectónica en el estilo neocolonial. La mayor parte de la cerámica utilizada en su decoración fue ejecutada en los más prestigiosos talleres trianeros de la época.
“La Gaceta de Madrid, antiguo boletín oficial del Estado, publicó en enero de 1924 mediante Real Orden la conformidad de habilitación de un espigón construido en la finca Los Remedios, en la margen derecha del Guadalquivir, cuyas instalaciones industriales contaban con “una fábrica de materiales de construcción y cerámica artística y unos almacenes de cementos y carbones”, con el fin de facilitar las exportaciones e importaciones, a favor de S.A. Los Remedios. Si José Laffitte Romero pudo disfrutar de este espigón, de ahí salieron los materiales cerámicos que compondrían el Patio-Glorieta Andaluz de Buenos Aires”.
Tras la Exposición Iberoamericana de 1929 la fábrica quebró. “La agitación social de la década de los treinta, la gran existencia de piezas para exportar a América con las que quedó y las muchas deudas contraídas como consecuencia, arruinó al empresario. José Laffitte Romero marchó por unos años a Bilbao, de donde era su esposa, en torno a 1935, regresando de nuevo a Sevilla, donde falleció en 1947, a la temprana edad de 59 años”.
[i] Rodríguez Aguilar, I. Arte y Cultura en la Prensa. La Pintura sevillana (1900-1936). Sevilla. Universidad de Sevilla, 2000.
